La Morena: un Pez Agresivo y Muy Inteligente

El pez morena, conocida por el nombre científico de muraena helena, Pertenece a la familia de los murénidos (Muraenidae). También es conocida dependiendo de la zona por murena.

Taxonomia de la muraena helena - wikipeces.net
Taxonomia de la muraena helena.

Morena (muraena helena) en inglés; mediterranean moray

Características propias de la muraena helena.

Morena apoyada sobre el fondo rocoso - wikipeces.net
Morena apoyada sobre el fondo rocoso.

Si bien conserva los caracteres del grupo, se distingue a la perfección del congrio y de la anguila por su línea más maciza, por la coloración más jovial y por la falta de aletas pectorales, aparte de las ventrales.

La morena tiene forma de víbora, cuerpo subcilíndrico sutilmente comprimido en su parte terminal, con piel desnuda y refulgente

La aleta dorsal, similar a una cresta sustanciosa, se prolonga por todo su cuerpo, confundiéndose con la aleta caudal y con la anal, que comienza hacia la mitad del vientre.

Por otro lado, la manera de la cabeza, bastante achatada y terminada en una suerte de pico que se dilata de manera notable sobre las órbitas, le hace aceptar una fisonomía muy diferente, inconfundible en el mundo entero ictiológico.

De hecho, esta fisonomía, debido al extenso corte de la boca erizada de dientes, que se extiende más allá de los ojos, y debido asimismo a la expresión de estos resulta temible a simple vista.

Las robustísimas mandíbulas faríngeas están armadas de una sola fila de dientes fuertes y ganchudos, preparados en peine, al paso que la cúpula palatina presenta otra serie de dientes de forma cónica.

Esta especie no tiene ninguna aleta pectoral.

 

Su sistema olfativo.

El aparato olfativo está proveído de dos pares de agujeros nasales tubulares. Las hendiduras branquiales, muy angostas y yacentes bajo un repliegue cutáneo, le permiten retener agua y subsistir a lo largo de bastante tiempo en seco.

Otra característica singular de este pez es la falta de lengua.

Es sorprendente la vitalidad de la morena fuera de su ambiente. Se han dado casos de supervivencia a lo largo de muchas horas y todos obviamente, ligados a peculiaridades de orden físico.

 

¿Es venenosa la morena del mediterráneo?

La morena muestra su agresividad ante un posible agresor - wikipeces.net
La morena muestra su agresividad ante un posible agresor.

La mordedura de la morena es dolorosa por sí, puesto que los dientes tienen un alto poder de penetración, aunque hay que excluir la creencia de que pueda arrancar pedazos de carne, al estar creado su aparato bucal para tragar y no para masticar.

La venenosidad de la mordedura de la morena ha sido probada, pero el lugar exacto donde se encuentra el veneno jamás se ha determinado. No existen glándulas venenosas siendo inyectado el veneno por los dientes palatinos provenientes de la circulación de la sangre, ricos en ictiotoxina.

Esta substancia venenosa desaparece a lo largo de la cocción de las carnes por efecto del calor

En ciertas especies exóticas de morenas, este veneno es tan potente, que ciertas tribus primitivas de Oceanía lo emplean para envenenar la punta de lanzas y flechas.

El día de hoy se estima que la peligrosidad de la mordedura de la muraena helena procede de los productos y comida en descomposición de los restos orgánicos que quedan en su boca.

 

De qué color es.

La librea de la morena, a la perfección mimética en su hábitat es de un refulgente color pardo, manchado de amarillo y negro, con arabescos de vetas blancas.

Su piel, muy resistente, ha servido de forma oportunamente curtida, para la fabricación de diferentes objetos de artesanía.

La morena, cuya fama tiene larga tradición, es una de las criaturas más preciosas del mar. Pese a su aspecto y de sus ademanes violentos, su librea es el ejemplo que nos muestra cómo la
naturaleza sabe proveer a sus criaturas de excepcionales dotes miméticas.

 

Cuál es su tamaño.

Muraena helena con típico semblante amenazante - wikipeces.net
Muraena helena con típico semblante amenazante.

Su tamaño alcanza el metro de longitud y los diez kilos de peso, al tiempo que ejemplares extraordinariamente desarrollados pueden medir hasta 1,5 m. de longitud.

Las morenas pueden lograr varios kilogramos de peso, si bien su longitud jamás es notable, en tanto que su forma se vuelve, con el tiempo, más cilíndrica que alargada.

 

Diferencias entre el congrio y la muraena helena.

La cabeza de congrio es diferente respecto al de la morena- wikipeces.net
El easpecto del congrio es mucho menos agresivo que el de la morena.

Sus costumbres difieren mucho de las del congrio, si bien y dentro de determinados límites,  los entornos que las dos especies frecuentan pueden identificarse.

La morena es de costumbres diurnas, y sus horas de caza engloban desde el ocaso hasta el alba.

Es cierto que la morena se mueve más que el congrio cuando menos a lo largo del día y que su vida tiene un grado superior de intensidad y transcurre guiada por una psique más selectiva.

 

Distribución y hábitat.

La morena habita todo el Mediterráneo, donde se halla a las profundidades más diversas. Esto es por ejemplo, desde la cornisa ribereña a los grandes fondos ubicados mar adentro.

Esta especie es muy corriente en el litoral de toda España, encontrándose en el Mediterráneo en número bastante más elevado que en el océano Atlántico, donde es posible verla en la costa occidental de este océano en aguas desde las Islas Británicas hasta Mauritania.

A diferencia de otras especies de morenas, la muraena helena no es posible verla en aguas tropicales y subtropicales de océanos de todo el mundo.

Pez de roca por antonomasia, la morena rehúye los fondos areniscos o bien lodosos.

Habita preferiblemente entre las grandes masas de roca rodeadas de praderas de algas, en las cavernas y en las grandes fisuras profundas ubicadas entre paredes de piedra, donde se agolpan organismos marinos de todo género.

Se halla tanto a pocos centímetros de la superficie como a profundidades notables, en la costa como en los bajíos alejadísimos de tierra.

Si bien se consideran como seres de costumbres solitarias, las morenas no desprecian la compañía de sus semejantes, con los que semejan vivir en perfecta armonía.

Los pescadores submarinos, escarbando bajo las madrigueras, han sorprendido en muchas ocasiones a las morenas en posturas muy curiosas, enrolladas sobre sí, enrolladas una con otra, extendidas a todo lo largo o bien alzadas en vertical.

Aparte de en las grutas de las escolleras, las morenas pueden estar presentes en todos y cada uno de los obstáculos, restos de naufragios, cuerpos extraños, que yacen en el fondo marino, incluyendo las grandes ánforas viejas que se hallan en ocasiones.

La morena comparte su encueve con otros peces y animales a los que no molesta y por los que no es molestada. En ciertas grutas prácticamente parece que esta comunidad viva de forma perfecta a sus anchas, pudiéndose ver sargos y corvas navegar rozando una morena en reposo.

 

Reproducción de la morena.

Imagen cómica de una morena con un crustáceo en su cabeza
Imagen cómica de una morena con un crustáceo en su cabeza

La freza tiene sitio en invierno, en el campo de su entorno o bien cerca de las costas.

Las larvas, pequeños filamentos vítreos y acintados, llevan vida pelágica y pasan por consecutivas transformaciones ya antes de llegar a su total desarrollo.

Poco se sabe con seguridad en torno a las contrariedades de la reproducción de este pez, que por el número en que puebla nuestras aguas parece bastante fecundo.

Por carencia de datos determinantes y seguros, se desconoce si las morenas tienen un sexo definido o bien estás tienen formas de hermafroditismo. Tampoco si la emisión y la fecundación de los huevos tiene lugar anualmente o bien de cuando en cuando, una vez alcanzada la madurez sexual, como ocurre entre los otros componentes del conjunto y si, del mismo modo que estos, la reproducción apunta o bien no el término de su vida.

Cada hembra pone unos 60.000 huevos en aguas abiertas.

 

Alimentación.

La morena practica, en su hábitat, costumbres fundamentalmente nocturnas y pasa el tiempo al acecho. Se alimenta de crustáceos, moluscos, celentéreos, equinodermos y animales acuáticos de toda especie, sin despreciar tampoco organismos fallecidos y putrefactos.

Sus sentidos son muy, muy agudos, de manera especial el olfato, y sus facultades físicas están de forma notable desarrolladas.

 

Cómo es y cómo se comporta la morena.

Son características innatas de esta especie, la argucia con que logra apoderarse de la presa y vencer a sus contrincantes. Los mortales duelos que emprende con los cefalópodos, únicos contrincantes dignos de ella a los que, no obstante, siempre y en todo momento termina por derrotar o bien cercenar gravemente o la demoníaca habilidad con que se defiende de las agresiones del hombre, todo esto las distinguen de cualquier otro pez.

Su carácter es fiero y agresivo, parece que cuando ataca, su comportamiento despide odio.

Atravesada por la fítora, forceja brutalmente y muerde el mango con tal furia que llega a partirse los dientes.

Puesta en seco, hinca el diente en todo cuanto halla en su radio de acción, y no soltará la presa hasta el momento en que sobrevenga la muerte.

No obstante, según observaciones realizadas en acuario se puede apreciar de que la morena se amaestra de manera fácil, despojándose de su natural ferocidad.

Es increíble como esta morena reconoce a quien le da de comer, como si de un
animal doméstico se tratara.
Distingue realmente bien a su dueño de los extraños, aunque se presente vestido de forma deshabituada.

Asiste con evidente satisfacción a su llamada, toma con delicadeza el comestible de sus manos, eligiendo el mejor mordisco, dejándose deja acariciar por él con sorprendente mansedumbre.

De la misma forma reconoce los sonidos y los colores, precipitándose con viva curiosidad sobre los objetos desconocidos que le sean presentados, probando con esto que las percepciones visuales, olfativas y acústicas son analizadas por su cerebro y transformadas en impulsos bien ciertos, como ocurre en los mamíferos superiores.

 

Mejores y más efectivas técnicas de pesca.

La pesca de la morena - wikipeces.net
La pesca de la morena siempre supone un reto. Fte. www.sportfishingmag.com

Para la pesca de de las morenas del mediterráneo se usan básicamente dos sistemas. Por un lado tenemos la pesca con lienzas y por otro con pedrales.

Estos utensilios toscos no difieren de los utilizados para el congrio.

Ambos se calan por separado, cerca de la ribera, preferentemente en verano, siempre y en toda circunstancia en fondos rocosos muy accidentados y siempre y en toda circunstancia por la tarde para sacarlos por la mañana, anclándolos firmemente.

En vista que la morena, enganchada en el pedral, reacciona de igual manera que con los palangres tendiendo a introducirse en el orificio y puesto que una vez oculta va a ser complicadísimo sacarla fuera, los pescadores tienen en un caso así al revés de lo que pasa con los palangres la posibilidad de salvar sus utensilios, dejando caer, en la fisura donde la morena se ha atrincherado, ciertos granos de sulfato de cobre, sistema que se usa asimismo para los pulpos que están en esta misma situación.

El sulfato de cobre, de hecho, fuerza a la morena a salir del orificio para trasladarse a otro
lugar. El pescador se aprovecha en seguida de ello para ponerla en seco de un veloz tirón.

 

Mejores cebos.

Los pequeños peces que frecuentan las escolleras pueden formar un genial cebo para la morena, tanto si se pesca con caña como con el sedal yacente, llamado pedral, los chaparrudos, los desechos de la pesca industrial, toda la población menor de los fondos, pueden ensartarse en robustos anzuelos cuyo terminal va a poder ser de alambre de acero.

El mordisco preferido de las morenas son los cefalópodos, con singular preferencia hacia el pulpo y la pota, que, conforme su tamaño, pueden ensartarse aun enteros.

Si se pesca desde las escolleras, las mejores horas para apresar la morena son las del ocaso, y hay que intentar que el cebo llegue a zonas que formen pasos obligados para esta serpentina criatura.

 

Algunos trucos usados por los pescadores.

Se trata siempre y en toda circunstancia de una pesca a fondo que requiere largas esperas y también infinita paciencia.

Otro procedimiento es el utilizado por los pescadores para resguardar sus pedrales. Resguardan su parte terminal con una varilla de paraguas, a la que se fija el anzuelo a través de un robusto alambre.

Con este sistema, no solo el taimado pez no logra recortar el bajo de línea, sino es bastante difícil que pueda arrastrarlo todo cara la madriguera.

En cuanto al resto, cuando no se tengan ganas de entrar en el agua o bien de ir en barca, puede emplearse como sedal de mano un pedral cualquiera, cebándolo con un pedacito de pulpo y calándolo desde tierra en una pared de rocas accidentadas, de fisuras y cuevas, donde se sepa por experiencia que hay morenas.

Para inducirla a que tome en consideración el cebo, aunque tenga poco apetito, algunos pescadores tras haber dejado pudrir un pequeño pulpo, lo calan cerca del pedral, de tal modo que la morena, excitada por el fragancia irreprimible, se resuelva a picar.

 

Pesca con palangres.

Se emplean palangres idénticos a los de la pesca del congrio, teniendo presente que el calado debe realizarse únicamente sobre fondos rocosos y empleando exactamente los mismos cebos, con particular preferencia por los pedazos de pulpo, que la morena apetece en extremo.

Dada la configuración del fondo en que se tiene la obligación de actuar, se trata de una pesca bastante peligrosa para la integridad del utensilio, en tanto que los anzuelos se enrocan de forma continua.

Además de esto, la morena, una vez enganchada, hace cuanto puede por romper el bajo de línea que la retiene, bien introduciéndose en alguna fisura y llevándose el anzuelo, bien enmarañando en múltiples nudos de hijuelas y cuerpo a través de el empleo de su demoníaca cola, de la que se sirve, con habilidad y conciencia, tal y como si se tratase de una auténtica mano.

Todo ello, aparte de representar la pérdida del pez, somete el palangre a graves mutilaciones.

Para la morena los palangres se calan a la hora del ocaso, acándose al amanecer siguiente.

Cualquier estación del año es válida, con la condición de que el mar esté en estupendas condiciones.

 

La pesca submarina de morenas.


Entre los múltiples sistemas de pesca de las morenas, el más deportivo y alucinante es indudablemente la submarina, por cuanto se efectúa en los propios dominios del pez.

De hecho, medirse con este temible habitante de las aguas es siempre y en todo momento un apasionante encuentro, digno del pescador submarino más aguerrido. Además, es imprescindible para encarar a la morena, conocer a fondo su forma de reaccionar.

Esta pesca se practica singularmente en verano.

Es preferible que las condiciones meteorológicas sean buenas y que la temperatura no sea demasiado baja, para que el hombre se sienta con perfección a sus anchas, y, sobre lodo, que la visibilidad sea idónea para no fallar el tiro.

A raíz del accidentado y con frecuencia limitado teatro de lucha, es indicado el empleo de un fusil corto, que deja mayor libertad de movimientos, si bien su alcance no exceda los
3 metros. Tanto mejor si se cree que no es conveniente disparar a la morena desde una distancia mayor.

Es preferible emplear la flecha como arpón en vez de la fítora, puesto que ofrece mejor penetración y una presa más sólida.

Debido a la resistencia que opone el pez, el cordel debe tener una solidez a toda prueba, en cualquier caso con una carga de ruptura no inferior a los cincuenta kg.

En cuanto al resto, los útiles van a ser los corrientes, si bien hay siempre y en toda circunstancia que ir proveídos de un buen cuchillo.

Los pescadores submarinos conocen bien el coraje de este poderoso animal, auténtico haz de músculos cuya fuerza es decididamente superior a lo que harían suponer sus dimensiones.

La morena es valiente, no se retira frente al hombre sumergido y esto es su perdición. De hecho, este pez ofrece un blanco prácticamente inmóvil al que es prácticamente imposible errar.

Las morenas del mediterráneo se tratan de ejemplares  que no llegan a alcanzar las dimensiones de los ejemplares tropicales, verdaderos monstruos marinos.

Los pescadores submarinos acostumbran a tomar la cautela de sostener la morena lejos de si, sobre todo viendo la poderosa vitalidad que deja a este pez subsistir bastante tiempo fuera del agua.

 

Forma de actuar paso a paso.

El nivel de pesca comienza desde los 2 metros de profundidad. Una vez alcanzada la gruta, la morena no tarda en aparecer, ya que su curiosidad prácticamente siempre y en todo momento fundada en instintos beligerantes, de forma frecuente la impulsa a asomar su hocico para poder ver de qué se trata.

No es éste exactamente el instante de realizar el tiro. Disparando cuando está oculta en la grieta, se corre el peligro de perder el arpón, la flecha y el cordel, puesto que la morena, dotada de una espectacular vitalidad y bastante difícil de reducir, se enredara en las anfractuosidades de la roca oponiendo una resisten increíble.

En un caso así vamos a tener que perder un buen tiempo para sacarla fuera con consecutivas tracciones, lo que no resulta simple, sobre todo pescando a pulmón libre.

La táctica que es conveniente adoptar es la de encararla por sorpresa, cuando sus instintos, o bien incluso su simple curiosidad la impulsan a salir del orificio.

Es ahora cuando, sin perder un momento, se apunta a la cabeza, el cual es el punto más frágil y se dispara, de ser posible acortando distancia.

Lógicamente podemos fallar el disparo. Si se ha errado el tiro, por norma general la morena, en lugar de huir, sencillamente se aparta, retando desde la nueva situación al contrincante con sus ademanes de cólera.

Prácticamente siempre y en toda circunstancia se acierta al primer disparo, puesto que con el blanco absolutamente inmóvil, es bastante difícil no lograrlo, debido a su indiferencia frente al hombre sumergido.

De manera frecuente el pescador submarino logra dispararle a la boca. En el momento en que una morena es alcanzada así, ya no tiene posibilidad de defensa y no puede contorsionarse ni enrollarse entre las rocas.

 

Una última consideración.

Por todos estos motivos señalados los pescadores submarinos la temen considerándola diferente al resto de animales marinos.

Asimismo las leyendas relativas la venenosidad de su mordedura han sido replanteadas y muchos pescadores submarinos mordidos por una morena no han sufrido consecuencias graves.

Jamás se han encontrado glándulas venenosas en su cuerpo, por lo que se considera que el veneno puede proceder de su torrente sanguíneo, que es rico en toxinas.

Si quienes más información sobre la morena puedes descargarte estos dos archivos de libre disposición en internet pero que me parecen intersantes. Muraena helena –  Estudio sobre la muraena helena (En inglés)

 

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