Conoce al pez torpedo o la tembladera, una especio sin depredadores

Como pez torpedo nos estamos refiriendo a un género de «rayas» o elasmobranquios torpediniformes que pertenecen a la familia Torpedinidae. También son conocidos como raya torpedo, tembladera o tembladores o raya eléctrica.

Taxonomía del pez torpedo
Taxonomía del pez torpedo. Fte. wikipedia.org licencia creative commons.

En total existen 22 especies de peces torpedo.
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Características del pez torpedo.

Características y librea de un Torpedinidae
Características y librea de un Torpedinidae.

Disponen de un cuerpo deprimido y la costumbre de vivir en contacto con el fondo. Su cuerpo se distingue en disco y cola. El disco puede ser redondo, elíptico e inclusive ovalado.

El color es marrón, aunque varia la tonalidad dependiendo de la especie. De piel lisa y consistencia relativamente dura. Ojos y espiráculos muy pequeños.

 

Órganos propios del pez torpedo eléctrico.

Posición de los organos eléctricos de los torpénidos
Posición de los organos eléctricos de los torpénidos.

Primeramente hay que hablar de los dos órganos eléctricos que forman la característica principal de la familia.

Los dos  órganos del cuerpo de todas las tembladeras, ubicados entre las aletas pectorales y la cabeza, derivan de una transformación del tejido muscular. Para poderlos verlo es preciso eliminar la piel de la zona ventral de la tembladera.

Es entonces cuando se puede ver un mosaico de color formado por pequeños prismas muy abundantes.

El número de los prismas, que están situados verticalmente, se acerca al millar. La estructura de cada prisma está constituida por entre diez y doce disquitos puestos uno sobre otros, como los elementos de una pila.

En este aparato, el polo negativo lo podemos ver hacia el vientre del torpedo y el positivo hacia el dorso. El número de disquitos, en ambos órganos eléctricos, es de ciento sesenta.

 

Cómo se produce la electricidad en las tembladeras.

La producción de la electricidad se efectúa bajo impulsos que parten del sistema nervioso.

En el cerebro de la tembladera, exactamente en el encéfalo, se hallan otros 2 órganos llamados lóbulos eléctricos de los que parten haces nerviosos cuyas terminaciones llegan a los auténticos órganos.

Las descargas eléctricas parten del vientre hacia el dorso y tras cada descarga el órgano que la ha emitido debe descansar para recobrarse.

Los órganos transmisores pueden funcionar por separado.

 

Función que desempeñan las descargas eléctricas.

Es increible como planea y como llega a enterrarse a la espera de que pase una presa.

El torpedo usa estos órganos tanto para para el ataque y defenderse, motivo por el cual se ha convertido una de las criaturas marinas más respetadas. La especie torpedo del Atlántico es capaz de producir descargas eléctricasa de 220 voltios.

Esto ocurre también con la anguila eléctrica, la cual no tiene adversarios aunque en este caso en agua dulce.

Su capacidad de ataque y de defensa a través de descargas eléctricas hace que no tengan contrincantes en el mar.

Los órganos electrógenos forman una auténtica factoría de descargas que se vuelve a cargar de forma automática.

 

Hábitat y distribución.

Estas rayas torpedo viven sobre todo en fondos de arena y de cieno, sepultándose bajo una enclenque capa en espera de que alguna presa pase a su alcance.

Si bien en ocasiones se desplazan, son bastante perezosos y su alimentación está constituida por diversos organismos, incluyendo las formas larvarias y los peces.

Los torpedos viven en contacto con el fondo, aprovechando su mimetismo para sorprender a los pequeños peces y a todos y cada uno de los organismos de los que se alimentan

En aguas españolas se hallan tres especies que serían la tremielga de ojos (Torpedo ocellala), la tembladera (Torpedo marmorata) y la tremielga negra (Torpedo nobiliana).

 

¿Se come la tembladera?

Un pez torpedo mimetizado con el medio - wikipeces.net
Una raya eléctrica  mimetizada con el medio .

Las carnes de prácticamente todas las especies de rayas tembladeras no tienen ningún valor y además de esto poseen, como las carnes de la anguila, ictiosina que es una substancia venenosa.

No obstante, esta substancia desaparece con la cocción. A pesar de esto, poca gente realiza esta operación, puesto que el torpedo no acostumbra a aprovecharse para el consumo.

 

Mejores técnicas de pesca.

Algunas especies de peces torpedos - wikipeces.net
Algunas especies de peces torpedos.

Para pescar deportivamente rayas, pastinacas y torpedos, solo se puede actuar de 2 maneras:

– Desde la costa, con la técnica del surf-casting.

– Desde una embarcación pescando a fondo.

Cualquier otro sistema se puede ver o considerar como profesional, en tanto que absolutamente nadie va a calar palangres o bien trasmallos con la esperanza de apresar rayas o bien pastinacas, algo que puede  suministrar gran satisfacción al atleta de caña.

Los cebos que se pueden utilizar para el torpedo torpedo (nombre científico de una de las especies de éste género) son abundantes y su diversidad radica sobre todo en el tamaño, conforme los ejemplares que se hallan en la zona donde estemos.

Este pez alcanza en ocasiones tal tamaño que se hace preciso el empleo de un cabrestante o bien, cuando menos, la cooperación de bastantes personas para extraerlos del agua. Una vez en tierra, se vuelven masas viscosas que en nada recuerdan la elegancia mostrada en su entorno.

Cuando se pesca desde la costa resulta siempre y en toda circunstancia útil emplear múltiples cañas a fin de cubrir con los cebos una zona de fondo extensa, incrementando de esta manera las probabilidades de captura.

 

Cebos.

De hecho, tanto si se pesca desde la ribera como a fondo desde una embarcación, una sardina entera muy fresca puede formar un genial mordisco para una raya de determinado tamaño, al tiempo que puede ser demasiado para un ejemplar pequeño.

Entre los mejores cebos se hallan los clupeidos enteros (anchoas y sardinas muy frescas), quisquillas de diferente tamaño, cangrejos ermitaños, gusanos de arena y de fango, e inclusive pedacitos de cefalópodos.

Su nutrición es muy variable, conforme con lo que ofrecen los fondos.

Por consiguiente existen grandes posibilidades de elección que no deben desaprovecharse presentando cebos equivocados.

Esto quiere decir que, si se supone la presencia de un cierto género de comida natural en el fondo, hay que intentar que el mordisco sea conveniente al entorno. El criterio es válido para cualquier especie, en cualquier fondo.

Asimismo hay que tener muy presente un detalle, la boca de estos peces jamás es muy grande con relación a su tamaño, y un mordisco pequeño tiene mayores posibilidades de ser tragado que otro grande.

Cualquiera que sea el género de cebo que se use, es conveniente que el mordisco cubra totalmente el anzuelo.

Debe tomarse esta cautela, en tanto que todos estas rayas comen haciendo deslizar el comestible entre las filas de sus dientes y podrían percatarse del engaño.

Para pescar los peces torpedos se precisan cebos naturales, como pececillos fallecidos, quisquillas y moluscos. Los cebos, que han de ser muy frescos, tienen que presentarse a ras de fondo con la mayor naturalidad posible.

El cebo tiene que quedar bien escondido en tanto que la boca de todos los peces es bastante pequeña y por lo tanto, podría ser advertido en el instante de la picada.

Esto prueba la conveniencia de usar anzuelos no muy grandes, mejor si son de pata corta y de curvatura ancha, con punta muy afilada, que puedan quedar plenamente cubiertos por el mordisco.

Cebos pequeños y corrientes como los gusanos, los cangrejos ermitaños y los caracoles, si se pesca desde la ribera. Peces y pedazos de cefalópodos, si se pesca desde una embarcación mar adentro.

Como afirmábamos, la elección del cebo debe efectuarse teniendo un relativo conocimiento del fondo donde se actúa y asimismo conforme la técnica que se practica.

 

Los mejores aparejos de pesca.

Los útiles deben ser robustos. Caña de fibra de vidrio hueca, de una longitud que oscile entre 2 metros y medio y 4 metros de acuerdo a la longitud de los lanzamientos que se pretendan realizar y conforme el peso que se lance.

Cuanto más largo y pesado sea el lanzamiento, mayor y potente deberá ser la caña. Cada pescador debería proveerse de 2 cañas al menos, para hacer frente a cualquier eventualidad.

Las anillas han de ser anchas, de acero inoxidable, y deben formar un cono prácticamente perfecto.

El carrete ha de ser de mar, inoxidable, de gran capacidad, con una bobina que contenga al menos doscientos metros de sedal del 0,70.

De hecho, además de la distancia de lanzado,  al batallar al ser recuperados pueden sacar del carrete muchos metros de nailon.

Si se dispone de un modelo de alta velocidad de recuperación, se consiguen mejores resultados, puesto que mientras que se trabaja a la tembladera bastará con una breve rotación de la manivela para recobrar gran cantidad de línea.

El sedal, monofilamento de nailon, puede tener un grosor medio del 0,50, que es válido contra presas de determinado tamaño.

Si se supone que hay que enfrentarse con grandes rayas o bien pastinacas resulta conveniente que el diámetro del sedal sea del 0,60 – 0,70, que es una garantía contra las sorpresas.

Ciertos pescadores, expertos en su pesca, acostumbran a poner un bajo de línea de acero delgado en el extremo del que introducen el anzuelo y el cebo.

Actúan así puesto que en ocasiones una raya o bien una pastinaca pueden tragar el bocado profúndamente, de manera que el pedazo terminal del sedal se halla a la altura de los dientes y si es de nailon, puede ser cortado.

Esta cautela únicamente es útil cuando se puede prever el encuentro con ejemplares de notable tamaño.

De cualquier modo, el bajo de línea debe montarse en derivación, tanto si se pesca desde la ribera tal y como si se actúa desde una embarcación.

En el caso de enganches del plomo en el fondo únicamente se pierde el terminal pertinente con un bajo de línea independiente de la principal.

 

Mejores técnicas de pesca de tembladeras.

La pesca desde una embarcación, para la que se puede emplear una caña corta sin precisar lanzado, es muy simple. Basta hacer que el cebo descienda hasta los puntos escogidos por adelantado, asegurándose de que toque el fondo.

Es una suerte de pesca al volantín, practicada pero con la embarcación en libertad de derivar con las corrientes.

Se sostiene el sedal así como la caña de forma que el plomo are el fondo con sutileza prácticamente sin levantar arena, al paso que el cebo avanza a unos centímetros del fondo.

Si se pesca desde tierra, con lanzamientos largos mar adentro, hay que seleccionar aquellos fondos que presenten irregulares, con hoyas profundas producidas por las corrientes o bien por la desembocadura de aguas dulces en el mar, con posibles zonas de pasto natural.

Es conveniente siempre y en todo momento fundamentarse en experiencias directas o bien en informaciones precisas para no correr el peligro de actuar en balde.

 

Dónde y cuándo pescar peces torpedos.

Un torpenido tendido sobre la arena del fondo
Un torpenido tendido sobre la arena del fondo.

Para la pesca desde la costa, el mejor periodo es la primavera y la primera parte del verano, con un posible incremento de capturas en los primeros días de otoño.

Por desgracia, son peces sensibles a la alteración causada por la presencia del hombre, y resulta prácticamente inútil procurar pescarlos donde dicha presencia es incesante.

Las condiciones más convenientes para esta pesca se dan a lo largo de las horas diurnas, en días de mar prácticamente en calma, con cielo sereno y agua limpia. Estas horas son exactamente los instantes ideales para los bañistas y para las embarcaciones de los turistas. Por esta razón, no queda otra solución que buscar zonas desiertas si se quiere actuar de manera exitosa.

El ligero movimiento de oleaje que mueve la arena del fondo favorece la pesca, en tanto que los peces saben que les resulta sencillo hallar comestible ahora.

Las zonas de roca que terminan sobre la arena, son geniales puestos para la pesca de los torpedos.

Las zonas donde hay que actuar con la técnica del surf-casting o bien lance pesado a la rompiente de las olas, no deben elegirse al azar. Hay que fundamentarse en un conocimiento preciso del fondo y de las especies presentes.

 

Técnica de pesca paso a paso.

La técnica es muy simple y consiste en un lanzado largo, para después cobrar sedal hasta tensarlo ligeramente y fijar la caña en un conveniente soporte.

Es una pesca de espera que puede dar mejores resultados si se fijan muchas cañas al mismo tiempo a fin de batir un mayor campo de fondo, intentando que los cebos se posen a diferentes distancias de tierra a través de lanzamientos cortos o bien largos, formando una suerte de damero.

La pesca desde tierra hace que el mordisco llegue hasta aquella faja arenisca que se prolonga desde la rompiente de las olas hasta una cierta profundidad, donde se dirigen los peces para alimentarse.

En el momento en que un pez pica, el toque es inconfundible, la puntera de la caña fluctúa con cimbreos extensos y profundos que provocan la salida de hilo del carrete, cuyo freno se deja solo levemente apretado.

La complejidad de ver muchas cañas al mismo tiempo puede facilitarse con el empleo de campanillas en la puntera

Llegados aquí, se tiene que aferrar la caña, se aprieta un tanto el freno del carrete y se realiza un extenso movimiento de clavado. Este movimiento es preciso, en tanto que la notable cantidad de hilo fuera de la bobina, amortigua todo movimiento que no sea muy decidido.

Si se clava una pescando desde la embarcación, el torpedo torpedo se deja llevar a flote como un peso muerto y reacciona en la superficie en el instante en que se procura sacarlo.

Al contrario, una pastinaca actúa dirigiéndose hacia el fondo, lo que hace realmente difícil la recuperación.

 

Pesca submarina.

Hay que señalar que la carne de la raya eléctrica no atrae especialmente por su calidad. Solo los ejemplares de importante tamaño forman un blanco válido, con el único fin de establecer un record de captura.

Por esta razón los grandes peces de este grupo, singularmente las rayas, las escorsanas, las pastinacas y los angelotes, siendo estos últimos de a la familia escuatínidos, a medio camino entre los escualos y los rayiformes, pueden ser objeto de pesca para un submarinista, puesto que solo por su tamaño forman un trofeo.

No obstante, son imprescindibles cordeles gruesos y flotadores fuertes para no perder estas presas que, una vez alcanzadas, emprenden la escapada.

Por contra, un flotador de buen tamaño y un cordel grueso de muchos metros de longitud ejercitan una resistencia flexible y continua que, aparte de agotar al pez, impiden que escape.

En las aguas atlánticas y mediterráneas, rayas, pastinacas, escorsanas y angelotes pueden lograr dimensiones apropiadas para formar un auténtico trofeo digno de recuerdo.

Los pescadores submarinos disponen de un blanco simple con las rayas, pastinacas y peces raya torpedos, tanto por su tamaño como por su forma, así como por el hecho de que en ocasiones los pueden asombrar en absoluta inmovilidad. En cambio, resulta realmente difícil izarlos a la superficie.

 

REFERENCIAS Y FUENTES:

 

 

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