
Por la calidad de sus carnes y por las dimensiones que puede lograr, la anguila es objeto de pesca deportiva, artesanal y también industrial. El destino de este pez es el de ser perseguido por numerosos pescadores y ser un trofeo al que todos desean atrapar.
La pesca que menos altera el número de anguilas es, obviamente la pesca deportiva, puesto que en un caso así se emplean medios que no pueden considerarse destructivos. Por otro lado, en la pesca deportiva entran en juego dos factores que de manera frecuente salvan la vida del pez, su argucia y su versatilidad.
Límites y restricciones en la pesca de ánguilas.
Además de esto, en numerosos países la ley resguarda a la anguila vedando su pesca, sea del tipo que fuere, comercio y transporte, cuando su longitud es inferior a 25 centímetros.

En España las limitaciones en la pesca de la anguila queda supeditado a lo que dictamine en cada momento cada región autónoma.
El límite de longitud que se establece para la captura de esta especie responde a una demanda bien precisa, pues a esta longitud corresponde una edad en que el pez ha alcanzado su madurez sexual.
Con esta medida protectora, a fin de asegurar la continuidad de la especie, se impide en la mayoría de paises que sean capturados peces que no se hayan reproducido cuando menos una vez.
Esto, obviamente, no cuenta para la anguila, que se reproduce únicamente una vez en la vida, aunque siempre gozará de un alto valor de protección.
Unas 3000 angulas, correspondientes aproximadamente a un kilo de peso, pueden ser capturadas con un solo golpe de red.
Pesca en corriente o correntina.
La modalidad de pesca más practicada por los pescadores deportivos es la correntina o pesca en corrientes, que supone el más simple y viejo utensilio de pesca que se conoce.

Con este nombre se señala particularmente al simple sedal proveído de anzuelo y sin lastre, que se abandona a la corriente desde una embarcación para apresar a los peces que nadan entre aguas.
Normalmente se señala con este nombre cualquier sedal montado en un plegador apropiado, armado de uno o bien más anzuelos y proveído o no de lastre.
Puede ser útil llevar consigo, aparte de dos tijeras y de la habituada reserva de anzuelos, plomos, e hilo de diverso grosor, una serie de bajos de línea ya preparados.
De hecho, el único sistema para desenganchar una anguila es el de recortar el hilo en la base del torniquete.
Los bajos de línea ya preparados, asegurados a través de un nudo corredizo a un pequeño plegador y enrollados en él, son imprescindibles para estas sustituciones o bien para reparaciones de urgencia cuando el anzuelo embarranca ocasionalmente en cuerpos situados sobre el fondo y queda enganchado.
Basta hacer pasar el nudo por el torniquete y después el anzuelo por el nudo, apretar bien, y ¡a pescar!
Aparejos de pesca para la correntina.
En la versión más simple y común, la correntina o bien volantín para anguilas está constituida por un fuerte sedal de diámetro comprendido entre 0,30 y 0,50 mm., enrollado en un plegador cuadrangular de corcho, proveído de plomo. Este se desliza entre 2 perdigones cortados que detienen su carrera y de un anzuelo, estañado, recto y con diámetro de curvatura de este anzuelo ha de ser de seis-siete milímetros que coincide normalmente con el núm. 6.
Este sedal, correctamente cebado, se lanza al agua, se pone en tensión y después se sostiene de esta forma con una piedrecita. Cuando la anguila pica, la piedrecita se desliza y el pescador puede intervenir.
No obstante, el sedal descrito previamente es imperfecto por un motivo bien fundado, la carencia de torniquete.
Este tiene la función de eludir torsiones innaturales del sedal, torsiones que pueden ser provocadas por arrollamientos viciosos provocados por los movimientos del pez. El virador o quita vueltas es conveniente para cualquier clase de sedal, siendo imprescindible para capturar anguilas, cuyas contorsiones son vivísimas.
Para fondos lodosos y libres de obstáculos que puedan provocar embrollos de cualquier género, el bajo de línea puede estar constituido por un pedazo de nilón de diámetro inferior o bien igual al de la línea primordial, ligado a este a través de un torniquete, al tiempo que el plomo deslizable se tiene que ensartar en la misma línea principal. La carrera del plomo puede limitarse, en la parte superior media de un perdigón cortado siendo detenido en la parte inferior por el torniquete mismo.
Pues de manera frecuente la abertura del plomo se incrusta en el torniquete, es conveniente que para asegurar el máximo deslizamiento del plomo sin obstáculos, se ajuste de manera inmediata sobre el torniquete otro perdigón cortado.
Si la conformación del fondo puede causar enganches el sedal debe formarse de la próxima manera: línea principal’ del 0,45, torniquete con mosquetón 50 cm. de hilo del 0,40 con plomo deslizable perdigón cortado con torniquete, veinte-treinta cm. de lulo del 0,35 con anzuelo, torcido de pata larga, con paleta o bien con ojal, del n. 6.
El cebado.
Para cebo hay muchas posibilidades de seleccionar, puesto que la anguila come de todo.

Es usual que los aficionados, bajo la repercusión de los pescadores profesionales de agua dulce que ceban sobre todo con lombriz de tierra y tripas de pollo, adopten estos cebos asimismo en el mar con resultados mejorables.
EL MEJOR CEBO PARA LA ANGUILA ES EL MEJILLÓN, SEGUIDO DE LA SARDINA
Asimismo pueden conseguirse geniales resultados con gusanos de mar y de fango, crustáceos como cangrejos y camarones, moluscos bivalvos y gasterópodos, peces muertos por lo general, pedazos de carne asada y queso.
Para la pesca de grandes anguilas en la estación invernal y en la primavera es genial el chaparrudo o Gobius paganellus vivo.
Pesca con caña de lanzado.
La anguila asimismo puede pescarse con la caña de lanzado, el sistema que más hace disfrutar de los placeres de la pesca.

Para la pesca en aguas salobres, la caña tiene que tener partes metálicas inoxidables y estar proveída de un carrete fuerte e inoxidable.
La caña ideal es una telescópica de 4 a 5,5 metros de longitud proveída de un carrete marino. Unos útiles de semejante género tampoco vienen mal para la pesca en aguas dulces.
El sedal para la caña de lanzado es exactamente el mismo descrito para la correntina, con la diferencia de que en vez de enrollarse en un plegador, se enrolla en la bobina del carrete.
Con una serie de cañas de lanzado del mismo género, quizás con la cooperación de ciertas correntinas y de dos líneas de fondo cebadas con el chaparrudo vivo, las capturas no pueden faltar.
En el momento en que la anguila ha sido llevada a tierra es conveniente meterla primero en el cesto y recortar después el hilo que la une al sedal, a fin de no precisar cogerla con la mano.
No obstante, en una eventualidad de semejante género, es conveniente llevar consigo un pedazo de lona para sujetarla y ponerla en el cesto.
A falta del harapo, lo mejor es espolvorearse las manos de tierra. De esta forma la anguila puede ser manejada como otro pez cualquiera.
Sistema de pesca «fila de lombrices».
Uno de los sistemas más conocidos para la pesca de las anguilas, singularmente en aguas dulces, sin la ayuda del anzuelo es el de la llamada fila de lombrices.

Este utensilio consta de una caña recia, sin puntera flexible, a la que se asegura un sedal algo más corto que la caña, de cáñamo o bien nilón grueso (de 0,80 a 100) con un lastre de 50 gramos.
En el extremo del sedal se asegura, sin anzuelo alguno, una bobina de lombrices de tierra conseguida fabricando primeramente un collar con las lombrices, y, después, doblando este collar cuatro veces.
El pescador debe advertir el toque y sacar su aparejo antes que la anguila consiga escapar y con un golpe de muñeca, echar el pez en un paraguas invertido o un cesto.
Para hacer el collar se pasa a través del cuerpo de las lombrices, en sentido longitudinal, un hilo de sedal por medio de una aguja conseguida de un tallo de maíz en el que se ha practicado un agujero como ojo de aguja. La bobina se liga por la mitad en el extremo del sedal.
Accesorio esencial para esta pesca es un paraguas sin agujeros abierto y vuelto del revés puesto al lado del que pesca. Cuando se advierte que una anguila ha mordido la bobina de lombrices, se levanta la caña sin sacudidas y se deja caer de forma veloz la anguila en el paraguas.
Tres muy buenos sistemas de pesca de la anguila.
Un sistema práctico para capturar pequeñas anguilas que podemos usar como cebo para la pesca de la lubina por ejemplos es el de poner a lo largo de los muelles de un puerto o a lo largo de las riberas de un canal, haces de ramas asegurados por medio de una cuerdecita a una anilla de amarre, a un palo o otro objeto bien fijado en el lugar.
Los haces deberán quedar a cierta distancia del fondo. Las anguilas se esconden con gusto en estos haces, y con ellas hasta los cangrejos. Los haces deben inspeccionarse cada tres horas más o menos.
Otro sistema más práctico incluso que el de los haces y que deja apresar ejemplares de respetable tamaño es el de las nasas o cestos que deben cebarse con substancias que atraigan a las anguilas en agua salobre son excelentes los mejillones triturados En agua dulce dan muy buenos resultados los peces troceados, las pastas a base de quesos olorosos y las tripas de aves.
En los lugares pantanosos, en las lagunas, en los estanques herbosos y normalmente donde las aguas son bajas y no hay movimientos apreciables, puede ser ventajosa la pesca con una serie de bastones plantados de manera firme en el fango, unidos entre sí por un extremo y provistos en la parte inferior de una corta y robusta línea lastrada.
Dónde podemos encontrar anguilas.
En zonas donde las anguilas se hallan frecuentemente, se pueden pescar con la caña a fondo desde navíos anclados. De hecho, a menudo las anguilas se ubican cerca de los navíos, atraídas por los restos echados por la borda y la presencia de pececillos.
En las aguas interiores, la anguila se halla por todos lados. Desde los grandes ríos llega hasta las más pequeñas vetas de agua interiores e inclusive ha sido encontrada alguna vez en aguas de salmónidos. Hasta hace poco tiempo su reproducción era un misterio de ¡a naturaleza. Su atrayente deriva asimismo del carácter luchador y de la fuerza de que dispone. El material para su pesca ha de ser sólido .
Por último comentaré que una anguila enganchada es una furia que se discute con toda energía, dando la impresión de ser considerablemente mayor de lo que es realmente. Pues el mordisco es tragado de manera profunda, el clavado es seguro, mas la restauración es siempre y en todo momento afanosa si las dimensiones del pez son reservadas.
La Anguila